Este es un resumen del texto, el artículo completo está escrito por Joan Mayans y se encuentra publicado en:
http://www.cibersociedad.net/congreso/comms/g10mayans.htm
I. Conceptos al/en uso
Toda elección de conceptos o de metodologías conlleva una determinada carga de ventajas e inconvenientes, así como una serie de significados y vinculaciones etimológicas, intelectuales o de sentido común. Lo que el rigor científico nos fuerza a hacer es, en todo caso, a justificar y explicitar el porqué de la elección de unos y del descartar otros.
· “Internet”
‘Internet’ se ha convertido en frecuente –si no imprescindible- en los medios de comunicación de masas.
Concepto que hace referencia, en primer lugar, a una tecnología determinada. Un conjunto de ‘hardware’ y ‘software’ que permite el intercambio de información digital a un nivel mundial.
· “Era/Sociedad de la Información (y el Conocimiento)”
Hablar, desde un punto de partida, de una ‘sociedad’ definible como “de la información” nos indica que esta ‘sociedad’ ya ha experimentado un cambio revolucionario que la ha modificado completamente. No sólo se trata de una conclusión que aún debe ser desvelada y discutida, sino que la gran cantidad de barreras o ‘fracturas’ de esta pretendida ‘sociedad de la información’ parecen quedar fuera de perspectiva.
· “(Nuevas) Tecnologías de la Información (y el Conocimiento)”
Esta denominación, o su acrónimo anglosajón (NIT) aparecen tanto en lenguaje divulgativo como académico, ya sea en este formato o en cualquiera de sus múltiples filiaciones, añadiendo incluso la coletilla “y el conocimiento” por aquello de darle un mayor peso ‘social’ al concepto, en el sentido que exponíamos en el bloque anterior. Y mientras que en el primer caso –como decíamos antes- la eficacia comunicativa es suficiente para justificar y comprender el uso ‘divulgativo’, en lo que se refiere a un uso académico o científico, esta denominación necesita también de alguna matización y aclaración.
· “Cibercultura(s)”
Se encuentra viciada, hasta cierto punto, de la misma noción de ‘cultura’, omnipresente en la literatura antropológica de los años ochenta y exportada –de modo a menudo acrítico- a las ciencias sociales en general y a la literatura periodística durante los últimos decenios. En este proceso, el concepto de ‘cultura’ ha pasado a convertirse en un término comodín para referirse a multitud de significados, parte de ellos inexactos, parte de ellos directamente erróneos e incluso peligrosamente inquietantes.
Puesta la palabra en boca de los actores sociales, va ligada, en cierto modo, a una noción de subcultura. Independientemente de la validez misma del concepto de ‘subcultura’, en multitud de páginas web se encontrará que por ‘cibercultura’ se entiende algo un tanto críptico y ‘freak’, relacionado especialmente con la literatura y la estética ‘cyberpunk’, y no así un concepto analítico y descriptivo válido para designar de modo amplio aquello a lo que nosotros llamamos ciberespacio.
· “CMC / CMO”
‘Comunicaciones Mediadas por Ordenador’ (CMO o, en su “original” anglosajón, CMC). Este concepto está siendo utilizado en gran parte de los trabajos académicos de más serio planteamiento y ambición.
En este concepto se ve una evolución del uso de la idea de ‘información’ a una de ‘comunicación’, que implica fijar la atención en algo social y humano. También destaca la elección del participio utilizado, ‘mediado’, que se refiere acertadamente al proceso no determinístico pero sí crucial que tienen las máquinas en el fenómeno social con el que lidiamos. La tercera partícula hace referencia a las máquinas concretas que llevan el ‘peso mediador’ en esta paráfrasis.
· Virtual / Virtualidad
La idea de ‘realidad virtual’ adquiere bastante preponderancia en el momento en que empiezan a aparecer una serie de aparatos que tienen la facultad de ‘transportar’ al usuario a un mundo sintético de modo envolvente, perdiendo total o parcialmente la noción de la ‘realidad real’.
II. Definiendo el CiberEspacio
‘Ciberespacio’ se compone de dos partículas con una carga semántica substancial. Observar por separado cada una de estas partículas nos va a llevar a lo que nosotros consideramos como las dos facetas definitorias del ciberespacio: su no-materialidad física y su condición de espacio practicado[10].
· No-materialidad física
La noción de ‘ciber’ [el ‘kibernetes’ griego] nos proporciona una idea de artificialidad, vehemencia, de algo híbrido, no-natural, de direccionalidad, de algo que ha sido creado, dirigido.
Así pues, en tanto que ‘ciber’, este espacio (social) del que nos ocupamos se caracteriza por existir en una dimensión que no tiene existencia material, física.
Ordenadores servidores
El ciberespacio no depende ni se basa en esas categorías físicas o geográficas, sino que debe ser imaginado a partir de sus propios espacios y estructuras de presencia.
· Espacio practicado
Michel de Certeau (1988) explica qué son los espacios practicados haciendo referencia a un tipo de espacio que tan sólo existe en tanto que socialmente poblado o socialmente significativo. En concreto, dice Certeau que un espacio (practicado):
Existe cuando se toman en consideración los vectores de dirección, las velocidades y las variables temporales. Así, el espacio se compone de intersecciones de elementos en movimiento (…). El espacio ocurre como el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo situan, lo temporalizan, y lo hacen funcionar (…). Desde este punto de vista, en relación a los sitios/lugares [places], el espacio es como la palabra cuando es pronunciada (…) Así, la calle definida geométricamente por los planificadores urbanos es convertida en espacio por los caminantes (1988: 117).
En definitiva, llamaríamos ciberespacio a ‘un tipo de espacio social creado de forma artificial, informáticamente, basado en flujos de información (cibernéticos) en formato digital, que es experimentada por los usuarios de forma híbrida o ciborg, es decir, a través de una mezcla de su cuerpo físico (orgánico) y de las diferentes máquinas y tecnologías que lo llevan allí. El ciberespacio, o, hablando con más propiedad, los ciberespacios a los que nos estamos refiriendo, son pues, los entornos/escenarios/espacios interactivos y multipersonales utilizados (habitados) y creados por los usuarios de las diversas tecnologías que permiten la interconexión entre ordenadores o similares’. A pesar de los riesgos que todo ejercicio de ‘definición’ conlleva, ésta es la que podríamos proponer como conclusión e invitación a la discusión con la que cerrar esta comunicación.
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