Este ensayo pertenece a Antonio Gamba Bar, en este blog se encuentra sólo un resumen, el texto completo, lo hayas en:
http://www.ub.es/prometheus21/articulos/obsciberprome/Gamba.pdf
I. Construyendo un concepto de «hiper-textualidad»
Las transformaciones que la tecnología ha producido en nuestras formas de pensar. Se destaca la importancia de sofisticados dispositivos que nos conectan no sólo con otras personas sino también con grades bancos de información.
Hipertexto como un tipo de escritura en medios electrónicos
Se habla entonces de entornos digitales en los que el texto puede ser presentado y relacionado con diversos tipos de información gráfica y sonora.
El principio básico del hipertexto es que es posible asociar cualquier parte de
un texto almacenado en forma digital (texto formado por caracteres que son reconocibles y accesibles por un programa informático) de forma automática, instantánea y permanente con cualquier otro texto almacenado de la misma forma".
Para Theodor Nelson el hipertexto constituye un sistema que permitiría organizar la multiplicidad de ideas que inagotablemente rondan nuestras mentes.
El hipertexto suele diferenciarse en contraposición a las formas tradicionales de la escritura como el texto impreso o la escritura a mano en un aspecto destacado por diversos autores que es el de la linealidad. El texto impreso se caracteriza por ser un tipo de escritura lineal, en el sentido en que el lector sigue un recorrido secuencial demarcado por el autor, mientras que el hipertexto es un tipo de organización de textos, un modelo o estructura no lineal, en la que el lector elige el recorrido y las conexiones entre fragmentos de texto, audio o video.
La no linealidad del hipertexto ha de pensarse, en primer lugar, como un aspecto que
caracteriza al sustrato material o dispositivo en el que se implementa este tipo de escritura.
Hipertexto como modelo de conectividad
El hipertexto pude ser pensado en un sentido amplio como un modelo de acceso que describe un conjunto de relaciones entre diferentes elementos y no se reduce a
describir exclusivamente un tipo de organización de textos digitalizados. El hipertexto es principalmente un concepto operativo mediante el cual podemos pensar diferentes tipos de relaciones.
"Hipertextualidad significa acceso interactivo a cualquier cosa desde cualquier parte. Mientras que la digitalización es la nueva condición de la producción de contenidos, la hipertextualidad es la nueva condición del almacenamiento y la entrega de contenidos"
Hipertexto y significado
Pierre Lévy ha abordado:
"El hipertexto, el hipermedia, o el multimedia interactivo siguen, pues, un antiguo proceso de artificialización de la lectura. Si leer consiste en seleccionar, en esquematizar, en construir una red de llamadas internas al texto, en asociar a otros datos, en integrar las palabras y las imágenes en una memoria personal en permanente reconstrucción, entonces los dispositivos hipertextuales constituyen incontestablemente una especie de objetivación, de exteriorización y de virtualización de los procesos de lectura"
Significado y linealidad
David Kolb nos sugiere preguntarnos por la pertinencia del hipertexto para formular y expresar cierto tipo de razonamientos como la argumentación o la demostración matemática. El silogismo es un claro ejemplo en el que el orden de las proposiciones es estrictamente necesario para conseguir una conclusión. 1: «Todos los hombres son mortales», 2: «Sócrates es un hombre», 3: «Sócrates es mortal».
En este sentido la filosofía estaría encaminada a exigir al texto una linealidad, una presentación secuencial específica y no aleatoria de fragmentos de texto que posibilita la comprensión del argumento.
"El argumento presenta una estructura que debe respetarse. Las tres afirmaciones
podrían estar enlazadas en una trama hipertextual, pero ello no sería suficiente para
proporcionar la dependencia unidireccional exigida por la estructura argumentativa".
La producción de significado debe entenderse como un complejo proceso en el que los métodos y estilos de escritura posibilitan la emergencia de distintos niveles de significación. En el caso particular de la demostración y la argumentación, vemos una dificultad o quizá un estilo de escritura que se encuentra arraigado a una idea lineal de secuencialidad que pertenecía ya al discurso oral.
La estructura hipertextual constituye un sustrato de conectividad que nos invita a
preguntarnos por nuevos ámbitos de expresión, de visibilidad, que se entrecruzan y quizá distancian de las pretensiones mismas del discurso filosófico, entendido como una búsqueda de verdades y su correspondiente exposición mediante textos que constituyen argumentos siguiendo una línea particular de secuencias significativas.
Hipertexto y pensamiento
El hipertexto constituye un soporte de memoria que se diferencia radicalmente de la escritura lineal, en el sentido en que constituye un entorno de experiencia en el que diferentes procesos de cómputo pueden ser exteriorizados, simulando de esta manera, la capacidad del cerebro para almacenar y recibir información.
De igual manera, Derrick de Kerckhove, nos invita a pensar en los efectos ha producido la interacción con dispositivos hipertextuales, como un proceso de transformación de las estructuras de representación y sistemas cognitivos de anticipación. El hipertexto, en tanto herramienta de exteriorización del pensamiento, posibilita la exteriorización y construcción de sofisticadas herramientas de tipo heurístico.
Un nuevo desafío: la constitución del lector hipertextual
El hipertexto es un artefacto, una herramienta o "dispositivo digital" de almacenamiento y procesamiento que ha transformado radicalmente nuestras maneras de acceso al conocimiento, a la memoria colectiva almacenada durante siglos, en otros sustratos. Creo que la pregunta fundamental que debe hacerse al hipertexto, es una pregunta por el tipo de artefacto o instrumento que éste representa para la cognición humana.
La interacción con el hipertexto constituye un proceso de diálogo entre el lector y la interfaz. El hipertexto constituye un sustrato de comunicación que en virtud de su diseño nos invita a experimentar formas no-lineales de escritura y escritura, configura nuevas formas de asociación. "El principio de la hipertextualidad le permite a uno tratar la Red como la extensión de los contenidos de su propia mente".
"El lenguaje nos permite explotar nuestras capacidades cognitivas básicas de transformación y reconocimiento de patrones para que se amplíen hacia nuevos
horizontes conductuales e intelectuales".
El hipertexto no es sólo un nuevo sustrato o dispositivo mediante el cual podemos
comunicarnos, es un concepto que puede ser empleado para describir concepciones,
métodos, sistemas y herramientas.
"La pantalla aparece entonces como una pequeña ventana a partir de la cual el lector
explora una reserva potencial".
El hipertexto es ante todo un instrumento que debe llevarnos a pensar en la construcción de nuevas habilidades de acceso, nuevos lectores que a su vez se conviertan en autores de nuevos recorridos, en nuevos usuarios de esa reserva global de conocimiento en la que tendremos que guiarnos desarrollando asociaciones pertinentes y nuevos recorridos significativos.
sábado, 8 de mayo de 2010
viernes, 7 de mayo de 2010
De las Comunidades Sociales a las ¿Comunidades? Virtuales
Claudia Benassini escribe este artículo, aquí se encuentra un resumen, el completo lo hayas en Revista Razón y Palabra (En Línea):
http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n10/claudia.htm
Introducción
Se acrecientan los rumores en el sentido de que aproximadamente un 70% de lo que circula a través de Internet es basura.
Una de las implicaciones socioculturales más importante es la formación de las llamadas comunidades virtuales -o comunidades de discusión, como las llama Raúl Trejo- una nueva modalidad de organización que pone en contacto a un número ilimitado de usuarios interesados en temáticas, de preferencia lo más precisas posible. De esta caracterización se desprende un número de posibilidades cuyo límite está dado por la imaginación, la necesidad y los intereses.
1.- De la comunidad a la sociedad
A partir de la segunda mitad del siglo XIX el término comunidad hizo su aparición en la teoría sociológica.
Las discusiones sobre el advenimiento de la sociedad de masas se acompañaron de cierta nostalgia por los tiempos idos y de cierta preocupación por lo que vendría más adelante. Después de todo, la idea de comunidad remitía a una forma de organización en la que subsisten los nexos de pertenencia. Por lo tanto, sus miembros comparten un código de valores que es común a sus miembros, quienes se conocen entre sí y se apoyan en los problemas que enfrentan individual o grupalmente. Pero sobre todo, persisten la comunicación y el propósito implícito de reproducir un proyecto grupal.
2.- De la comunidad social a la comunidad de interés
Hasta aquí los antecedentes sobre la sociedad de masas y su papel en la conformación de los medios masivos de comunicación. Como puede observarse, al menos en apariencia el término comunidad estuvo relegado de la teoría sociológica, quizá porque su caracterización se adaptaba a una forma de organización que la misma teoría relegó.
La posibilidad de agrupar a las comunidades en función de intereses comunes alude irremediablemente a los medios de comunicación. Los primeros lectores, radioescuchas y televidentes se localizaban en regiones geográficas específicas, en buena medida determinadas por las posibilidades tecnológicas de circulación del mensaje. No obstante, en la medida en que la cobertura fue cada vez mayor gracias a los avances en cada medio, sus contenidos cobraron popularidad creciente, a la vez que sus seguidores se fueron extendiendo en los mapas, aunque todavía capturados por las fronteras nacionales. El fenómeno fue más visible en los medios electrónicos que cada día captaban mayores públicos que mostraban un interés creciente por lo que escuchaban y veían: música, concursos, melodramas etc.
La proliferación de este fenómeno también dio pie a una nueva forma de organización, que coincidía en intereses puntuales y dejaba de lado otras características de sus integrantes. Las admiradoras de quienes se dieron a conocer a través de la voz de la América Latina desde México gradualmente se unieron en torno a sus ídolos y sus interpretaciones.
3.- De las comunidades de interés a las comunidades virtuales
Los años recientes han sido testigos del paso de la sociedad de masas a la sociedad digital. En este contexto la comunicación puede hacerse casi a pedido; los sistemas de medios ponen lo mejor de sí mismos para ofrecer a los usuarios potenciales los mejores servicios, acordes con sus necesidades particulares. En el otro extremo, los medios de comunicación tradicionales continúan con su proceso de expansión que pretende -entre otros objetivos- eliminar las fronteras geográficas. En suma, vivimos en una época en que, como afirma Negroponte, los medios de comunicación han crecido y se han achicado al mismo tiempo.
El nuevo medio que enfatiza la interactividad como su característica esencial es la computadora, gracias a sus posibilidades de interconexión tanto a Internet -con lo que puede accederse a todas sus posibilidades- como a redes interconectadas al interior de una organización.
a) El término comunidades virtuales se ha utilizado por diversos autores, en sentido estricto no existe una forma de organización formal, ni un contacto interpersonal cara a cara ni, hasta la fecha, interés por la reproducción de un proyecto específicamente construido para tales fines a través de la red.
b) En consecuencia y dadas las múltiples posibilidades de organización de las comunidades virtuales, una construcción teórica al respecto debe tomar en cuenta las razones y/o los intereses que propician dicha organización.
c) De aquí se desprende la necesidad de estudiar las reglas en torno a las cuales se organiza la comunidad virtual.
d) Subsisten de manera creciente las comunidades sociales como formas de organización y de reproducción de tradiciones, valores y estilos de vida, cuyo crecimiento es tan ilimitado como lo es la sociedad misma.
e) Dada la expansión de comunidades virtuales en torno a intereses tan diferentes y a su éxito al parecer rotundo como modalidad comunicativa, no han faltado quienes -como se indicó en la Presentación- las caracterizan como una nueva modalidad de comunicación interpersonal, en la medida en que supone un intercambio de opiniones y puntos de vista con otros individuos.
f) Hasta el momento se han caracterizado los tres tipos de comunidad propios de la época que estamos viviendo. Es necesario explorar si las posibilidades de compromiso con la comunidad virtual están dadas en parte por la expectativa del encuentro interpersonal.
g) Finalmente, estudiar las modalidades de organización de las comunidades virtuales supone considerar que su funcionamiento es heterodoxo. Esta característica es inherente a Internet que, como señala Raúl Trejo (1996:54-55), no hay quien la controle, ni depende de un sólo gobierno, institución o eje único.
http://www.razonypalabra.org.mx/anteriores/n10/claudia.htm
Introducción
Se acrecientan los rumores en el sentido de que aproximadamente un 70% de lo que circula a través de Internet es basura.
Una de las implicaciones socioculturales más importante es la formación de las llamadas comunidades virtuales -o comunidades de discusión, como las llama Raúl Trejo- una nueva modalidad de organización que pone en contacto a un número ilimitado de usuarios interesados en temáticas, de preferencia lo más precisas posible. De esta caracterización se desprende un número de posibilidades cuyo límite está dado por la imaginación, la necesidad y los intereses.
1.- De la comunidad a la sociedad
A partir de la segunda mitad del siglo XIX el término comunidad hizo su aparición en la teoría sociológica.
Las discusiones sobre el advenimiento de la sociedad de masas se acompañaron de cierta nostalgia por los tiempos idos y de cierta preocupación por lo que vendría más adelante. Después de todo, la idea de comunidad remitía a una forma de organización en la que subsisten los nexos de pertenencia. Por lo tanto, sus miembros comparten un código de valores que es común a sus miembros, quienes se conocen entre sí y se apoyan en los problemas que enfrentan individual o grupalmente. Pero sobre todo, persisten la comunicación y el propósito implícito de reproducir un proyecto grupal.
2.- De la comunidad social a la comunidad de interés
Hasta aquí los antecedentes sobre la sociedad de masas y su papel en la conformación de los medios masivos de comunicación. Como puede observarse, al menos en apariencia el término comunidad estuvo relegado de la teoría sociológica, quizá porque su caracterización se adaptaba a una forma de organización que la misma teoría relegó.
La posibilidad de agrupar a las comunidades en función de intereses comunes alude irremediablemente a los medios de comunicación. Los primeros lectores, radioescuchas y televidentes se localizaban en regiones geográficas específicas, en buena medida determinadas por las posibilidades tecnológicas de circulación del mensaje. No obstante, en la medida en que la cobertura fue cada vez mayor gracias a los avances en cada medio, sus contenidos cobraron popularidad creciente, a la vez que sus seguidores se fueron extendiendo en los mapas, aunque todavía capturados por las fronteras nacionales. El fenómeno fue más visible en los medios electrónicos que cada día captaban mayores públicos que mostraban un interés creciente por lo que escuchaban y veían: música, concursos, melodramas etc.
La proliferación de este fenómeno también dio pie a una nueva forma de organización, que coincidía en intereses puntuales y dejaba de lado otras características de sus integrantes. Las admiradoras de quienes se dieron a conocer a través de la voz de la América Latina desde México gradualmente se unieron en torno a sus ídolos y sus interpretaciones.
3.- De las comunidades de interés a las comunidades virtuales
Los años recientes han sido testigos del paso de la sociedad de masas a la sociedad digital. En este contexto la comunicación puede hacerse casi a pedido; los sistemas de medios ponen lo mejor de sí mismos para ofrecer a los usuarios potenciales los mejores servicios, acordes con sus necesidades particulares. En el otro extremo, los medios de comunicación tradicionales continúan con su proceso de expansión que pretende -entre otros objetivos- eliminar las fronteras geográficas. En suma, vivimos en una época en que, como afirma Negroponte, los medios de comunicación han crecido y se han achicado al mismo tiempo.
El nuevo medio que enfatiza la interactividad como su característica esencial es la computadora, gracias a sus posibilidades de interconexión tanto a Internet -con lo que puede accederse a todas sus posibilidades- como a redes interconectadas al interior de una organización.
a) El término comunidades virtuales se ha utilizado por diversos autores, en sentido estricto no existe una forma de organización formal, ni un contacto interpersonal cara a cara ni, hasta la fecha, interés por la reproducción de un proyecto específicamente construido para tales fines a través de la red.
b) En consecuencia y dadas las múltiples posibilidades de organización de las comunidades virtuales, una construcción teórica al respecto debe tomar en cuenta las razones y/o los intereses que propician dicha organización.
c) De aquí se desprende la necesidad de estudiar las reglas en torno a las cuales se organiza la comunidad virtual.
d) Subsisten de manera creciente las comunidades sociales como formas de organización y de reproducción de tradiciones, valores y estilos de vida, cuyo crecimiento es tan ilimitado como lo es la sociedad misma.
e) Dada la expansión de comunidades virtuales en torno a intereses tan diferentes y a su éxito al parecer rotundo como modalidad comunicativa, no han faltado quienes -como se indicó en la Presentación- las caracterizan como una nueva modalidad de comunicación interpersonal, en la medida en que supone un intercambio de opiniones y puntos de vista con otros individuos.
f) Hasta el momento se han caracterizado los tres tipos de comunidad propios de la época que estamos viviendo. Es necesario explorar si las posibilidades de compromiso con la comunidad virtual están dadas en parte por la expectativa del encuentro interpersonal.
g) Finalmente, estudiar las modalidades de organización de las comunidades virtuales supone considerar que su funcionamiento es heterodoxo. Esta característica es inherente a Internet que, como señala Raúl Trejo (1996:54-55), no hay quien la controle, ni depende de un sólo gobierno, institución o eje único.
Ideologías de la Red: Del ciber-liberalismo al ciber-realismo
Este es un resumen del artículo publicado por Francisco Millarch, el completo lo encuentras en:
http://www.ub.es/prometheus21/articulos/obsciberprome/Millarch.pdf
Ideologías en el espacio exterior y en el interior
Las ideologías de la llamada frontera electrónica no interesaban a los países con
la misma intensidad que en el pasado, pero esta vez compañías privadas y algunas personas (los autodenominados digerati) difundieron sus ideas sobre nuestro futuro. No es de extrañar que el ciberespacio fuera pronto conocido por muchos como el "mercado electrónico"...
Cultura tecnófila pura (1976-1984)
En esta primera etapa, la informática personal era un hobby para la mayoría. Los entusiastas se reunían con sus propias máquinas, programaban sus propios códigos e intercambiaban sus experiencias con sus colegas en clubs informáticos. Fue también en este periodo cuando se crearon las primeras compañías de la industria de los PCs, tales como Altair, Apple y Microsoft; aunque sus productos estaban orientados hacia los tecnófilos y expertos. Máquinas y aplicaciones para la vida real (1984-1990)
Con la creación del Mac de Apple en 1984, los no expertos encontraron una forma de beneficiarse de la tecnología de la información. Las interfaces gráficas de usuario (GUI) y aplicaciones como los procesadores de textos y las hojas de cálculo fueron el inicio de un desplazamiento desde una cultura exclusivamente tecnófila hacia un uso de la informática personal orientado a los resultados prácticos. Incluso la plataforma IBM-PC, basada en texto y más difícil de utilizar, consiguió sus adeptos en las oficinas.
Windows nos abraza a los demás (1990-1993)
En 1990 aparece la primera versión de trabajo de Microsoft Windows, emulando el éxito de la GUI de Mac seis años antes. Aunque Apple creó el lema "el ordenador para todos nosotros" en 1984, fue Microsoft quien se benefició principalmente. Debido a una serie de errores estratégicos (tecnología excluyente, acuerdos sin licencias, precios más elevados que la competencia y una estricta política de empaquetado del hardware y del sistema operativo), Apple perdió su gran cuota de mercado de PCs de los primeros días de los Apple II. Fue Microsoft, con su estrategia de "incluir y
extender", quien realmente se hizo cargo de "todos nosotros", en un momento en que los precios del hardware descendían a niveles aceptables para la mayor parte de las familias de clase media en los países desarrollados.
Ciber-utopía y ciber-liberalismo: la era Wired (1993-1998)
De repente, al entregar la red troncal pública de Internet al sector privado -siendo aquella el resultado de más de 30 años de inversiones realizadas con los fondos creados a partir de los impuestos de los contribuyentes norteamericanos-, el gobierno de Estados Unidos convirtió una red académica y militar en el "mercado de la información": una nueva frontera comercial para cualquier empresario republicano post-industrialista. Durante un lustro hemos estado escuchando las campañas libertarias de Wired contra el control estatal del ciberespacio, con protagonistas como Gider, Toffler y otros. Pero, como se suele decir, "puedes volver loco a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no puedes volver locos a todos todo el tiempo".
Tecnorrealismo (1998- )
Algunas personas se percataron pronto. A comienzos de este año, un pequeño grupo de intelectuales dirigido por Andrew Shapiro, David Shenk y Steven Johnson iniciaron un movimiento llamado "tecnorrealismo". Tras leer su manifiesto de ocho puntos, suscrito por miles de personas en su sitio web (15), a uno le resulta difícil contestar sus obvias y claras conclusiones. Muchos lo ven como el antídoto natural a la era del ciber-liberalismo. Como dice Andrew Shapiro, "queremos criticar la tecnología con la idea de mejorarla. No soy anti-tecnología de ninguna forma, pero estoy opuesto a la visión de Silicon Valley y de la revista Wired" (16).
El choque con la realidad
-Las tecnologías no son neutrales
-Internet es revolucionaria, pero no utópica
- El gobierno tiene un importante papel que jugar en la frontera electrónica
- La información no es conocimiento
- Conectar las escuelas no es la salvación
- La información quiere ser protegida
- Las ondas son propiedad social: la sociedad debe beneficiarse de su uso
- La comprensión de la tecnología debe ser un elemento esencial de la ciudadanía global
Internet, ciertamente, creará muchos problemas que ahora sólo están empezando a aparecer y que van desde los temas de privacidad a la ansiedad de la información y los ciberdelitos.
http://www.ub.es/prometheus21/articulos/obsciberprome/Millarch.pdf
Ideologías en el espacio exterior y en el interior
Las ideologías de la llamada frontera electrónica no interesaban a los países con
la misma intensidad que en el pasado, pero esta vez compañías privadas y algunas personas (los autodenominados digerati) difundieron sus ideas sobre nuestro futuro. No es de extrañar que el ciberespacio fuera pronto conocido por muchos como el "mercado electrónico"...
Cultura tecnófila pura (1976-1984)
En esta primera etapa, la informática personal era un hobby para la mayoría. Los entusiastas se reunían con sus propias máquinas, programaban sus propios códigos e intercambiaban sus experiencias con sus colegas en clubs informáticos. Fue también en este periodo cuando se crearon las primeras compañías de la industria de los PCs, tales como Altair, Apple y Microsoft; aunque sus productos estaban orientados hacia los tecnófilos y expertos. Máquinas y aplicaciones para la vida real (1984-1990)
Con la creación del Mac de Apple en 1984, los no expertos encontraron una forma de beneficiarse de la tecnología de la información. Las interfaces gráficas de usuario (GUI) y aplicaciones como los procesadores de textos y las hojas de cálculo fueron el inicio de un desplazamiento desde una cultura exclusivamente tecnófila hacia un uso de la informática personal orientado a los resultados prácticos. Incluso la plataforma IBM-PC, basada en texto y más difícil de utilizar, consiguió sus adeptos en las oficinas.
Windows nos abraza a los demás (1990-1993)
En 1990 aparece la primera versión de trabajo de Microsoft Windows, emulando el éxito de la GUI de Mac seis años antes. Aunque Apple creó el lema "el ordenador para todos nosotros" en 1984, fue Microsoft quien se benefició principalmente. Debido a una serie de errores estratégicos (tecnología excluyente, acuerdos sin licencias, precios más elevados que la competencia y una estricta política de empaquetado del hardware y del sistema operativo), Apple perdió su gran cuota de mercado de PCs de los primeros días de los Apple II. Fue Microsoft, con su estrategia de "incluir y
extender", quien realmente se hizo cargo de "todos nosotros", en un momento en que los precios del hardware descendían a niveles aceptables para la mayor parte de las familias de clase media en los países desarrollados.
Ciber-utopía y ciber-liberalismo: la era Wired (1993-1998)
De repente, al entregar la red troncal pública de Internet al sector privado -siendo aquella el resultado de más de 30 años de inversiones realizadas con los fondos creados a partir de los impuestos de los contribuyentes norteamericanos-, el gobierno de Estados Unidos convirtió una red académica y militar en el "mercado de la información": una nueva frontera comercial para cualquier empresario republicano post-industrialista. Durante un lustro hemos estado escuchando las campañas libertarias de Wired contra el control estatal del ciberespacio, con protagonistas como Gider, Toffler y otros. Pero, como se suele decir, "puedes volver loco a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo, pero no puedes volver locos a todos todo el tiempo".
Tecnorrealismo (1998- )
Algunas personas se percataron pronto. A comienzos de este año, un pequeño grupo de intelectuales dirigido por Andrew Shapiro, David Shenk y Steven Johnson iniciaron un movimiento llamado "tecnorrealismo". Tras leer su manifiesto de ocho puntos, suscrito por miles de personas en su sitio web (15), a uno le resulta difícil contestar sus obvias y claras conclusiones. Muchos lo ven como el antídoto natural a la era del ciber-liberalismo. Como dice Andrew Shapiro, "queremos criticar la tecnología con la idea de mejorarla. No soy anti-tecnología de ninguna forma, pero estoy opuesto a la visión de Silicon Valley y de la revista Wired" (16).
El choque con la realidad
-Las tecnologías no son neutrales
-Internet es revolucionaria, pero no utópica
- El gobierno tiene un importante papel que jugar en la frontera electrónica
- La información no es conocimiento
- Conectar las escuelas no es la salvación
- La información quiere ser protegida
- Las ondas son propiedad social: la sociedad debe beneficiarse de su uso
- La comprensión de la tecnología debe ser un elemento esencial de la ciudadanía global
Internet, ciertamente, creará muchos problemas que ahora sólo están empezando a aparecer y que van desde los temas de privacidad a la ansiedad de la información y los ciberdelitos.
nick CiberEspacio / set topic conceptos y términos para el análisis socioantropólogico
Este es un resumen del texto, el artículo completo está escrito por Joan Mayans y se encuentra publicado en:
http://www.cibersociedad.net/congreso/comms/g10mayans.htm
I. Conceptos al/en uso
Toda elección de conceptos o de metodologías conlleva una determinada carga de ventajas e inconvenientes, así como una serie de significados y vinculaciones etimológicas, intelectuales o de sentido común. Lo que el rigor científico nos fuerza a hacer es, en todo caso, a justificar y explicitar el porqué de la elección de unos y del descartar otros.
· “Internet”
‘Internet’ se ha convertido en frecuente –si no imprescindible- en los medios de comunicación de masas.
Concepto que hace referencia, en primer lugar, a una tecnología determinada. Un conjunto de ‘hardware’ y ‘software’ que permite el intercambio de información digital a un nivel mundial.
· “Era/Sociedad de la Información (y el Conocimiento)”
Hablar, desde un punto de partida, de una ‘sociedad’ definible como “de la información” nos indica que esta ‘sociedad’ ya ha experimentado un cambio revolucionario que la ha modificado completamente. No sólo se trata de una conclusión que aún debe ser desvelada y discutida, sino que la gran cantidad de barreras o ‘fracturas’ de esta pretendida ‘sociedad de la información’ parecen quedar fuera de perspectiva.
· “(Nuevas) Tecnologías de la Información (y el Conocimiento)”
Esta denominación, o su acrónimo anglosajón (NIT) aparecen tanto en lenguaje divulgativo como académico, ya sea en este formato o en cualquiera de sus múltiples filiaciones, añadiendo incluso la coletilla “y el conocimiento” por aquello de darle un mayor peso ‘social’ al concepto, en el sentido que exponíamos en el bloque anterior. Y mientras que en el primer caso –como decíamos antes- la eficacia comunicativa es suficiente para justificar y comprender el uso ‘divulgativo’, en lo que se refiere a un uso académico o científico, esta denominación necesita también de alguna matización y aclaración.
· “Cibercultura(s)”
Se encuentra viciada, hasta cierto punto, de la misma noción de ‘cultura’, omnipresente en la literatura antropológica de los años ochenta y exportada –de modo a menudo acrítico- a las ciencias sociales en general y a la literatura periodística durante los últimos decenios. En este proceso, el concepto de ‘cultura’ ha pasado a convertirse en un término comodín para referirse a multitud de significados, parte de ellos inexactos, parte de ellos directamente erróneos e incluso peligrosamente inquietantes.
Puesta la palabra en boca de los actores sociales, va ligada, en cierto modo, a una noción de subcultura. Independientemente de la validez misma del concepto de ‘subcultura’, en multitud de páginas web se encontrará que por ‘cibercultura’ se entiende algo un tanto críptico y ‘freak’, relacionado especialmente con la literatura y la estética ‘cyberpunk’, y no así un concepto analítico y descriptivo válido para designar de modo amplio aquello a lo que nosotros llamamos ciberespacio.
· “CMC / CMO”
‘Comunicaciones Mediadas por Ordenador’ (CMO o, en su “original” anglosajón, CMC). Este concepto está siendo utilizado en gran parte de los trabajos académicos de más serio planteamiento y ambición.
En este concepto se ve una evolución del uso de la idea de ‘información’ a una de ‘comunicación’, que implica fijar la atención en algo social y humano. También destaca la elección del participio utilizado, ‘mediado’, que se refiere acertadamente al proceso no determinístico pero sí crucial que tienen las máquinas en el fenómeno social con el que lidiamos. La tercera partícula hace referencia a las máquinas concretas que llevan el ‘peso mediador’ en esta paráfrasis.
· Virtual / Virtualidad
La idea de ‘realidad virtual’ adquiere bastante preponderancia en el momento en que empiezan a aparecer una serie de aparatos que tienen la facultad de ‘transportar’ al usuario a un mundo sintético de modo envolvente, perdiendo total o parcialmente la noción de la ‘realidad real’.
II. Definiendo el CiberEspacio
‘Ciberespacio’ se compone de dos partículas con una carga semántica substancial. Observar por separado cada una de estas partículas nos va a llevar a lo que nosotros consideramos como las dos facetas definitorias del ciberespacio: su no-materialidad física y su condición de espacio practicado[10].
· No-materialidad física
La noción de ‘ciber’ [el ‘kibernetes’ griego] nos proporciona una idea de artificialidad, vehemencia, de algo híbrido, no-natural, de direccionalidad, de algo que ha sido creado, dirigido.
Así pues, en tanto que ‘ciber’, este espacio (social) del que nos ocupamos se caracteriza por existir en una dimensión que no tiene existencia material, física.
Ordenadores servidores
El ciberespacio no depende ni se basa en esas categorías físicas o geográficas, sino que debe ser imaginado a partir de sus propios espacios y estructuras de presencia.
· Espacio practicado
Michel de Certeau (1988) explica qué son los espacios practicados haciendo referencia a un tipo de espacio que tan sólo existe en tanto que socialmente poblado o socialmente significativo. En concreto, dice Certeau que un espacio (practicado):
Existe cuando se toman en consideración los vectores de dirección, las velocidades y las variables temporales. Así, el espacio se compone de intersecciones de elementos en movimiento (…). El espacio ocurre como el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo situan, lo temporalizan, y lo hacen funcionar (…). Desde este punto de vista, en relación a los sitios/lugares [places], el espacio es como la palabra cuando es pronunciada (…) Así, la calle definida geométricamente por los planificadores urbanos es convertida en espacio por los caminantes (1988: 117).
En definitiva, llamaríamos ciberespacio a ‘un tipo de espacio social creado de forma artificial, informáticamente, basado en flujos de información (cibernéticos) en formato digital, que es experimentada por los usuarios de forma híbrida o ciborg, es decir, a través de una mezcla de su cuerpo físico (orgánico) y de las diferentes máquinas y tecnologías que lo llevan allí. El ciberespacio, o, hablando con más propiedad, los ciberespacios a los que nos estamos refiriendo, son pues, los entornos/escenarios/espacios interactivos y multipersonales utilizados (habitados) y creados por los usuarios de las diversas tecnologías que permiten la interconexión entre ordenadores o similares’. A pesar de los riesgos que todo ejercicio de ‘definición’ conlleva, ésta es la que podríamos proponer como conclusión e invitación a la discusión con la que cerrar esta comunicación.
http://www.cibersociedad.net/congreso/comms/g10mayans.htm
I. Conceptos al/en uso
Toda elección de conceptos o de metodologías conlleva una determinada carga de ventajas e inconvenientes, así como una serie de significados y vinculaciones etimológicas, intelectuales o de sentido común. Lo que el rigor científico nos fuerza a hacer es, en todo caso, a justificar y explicitar el porqué de la elección de unos y del descartar otros.
· “Internet”
‘Internet’ se ha convertido en frecuente –si no imprescindible- en los medios de comunicación de masas.
Concepto que hace referencia, en primer lugar, a una tecnología determinada. Un conjunto de ‘hardware’ y ‘software’ que permite el intercambio de información digital a un nivel mundial.
· “Era/Sociedad de la Información (y el Conocimiento)”
Hablar, desde un punto de partida, de una ‘sociedad’ definible como “de la información” nos indica que esta ‘sociedad’ ya ha experimentado un cambio revolucionario que la ha modificado completamente. No sólo se trata de una conclusión que aún debe ser desvelada y discutida, sino que la gran cantidad de barreras o ‘fracturas’ de esta pretendida ‘sociedad de la información’ parecen quedar fuera de perspectiva.
· “(Nuevas) Tecnologías de la Información (y el Conocimiento)”
Esta denominación, o su acrónimo anglosajón (NIT) aparecen tanto en lenguaje divulgativo como académico, ya sea en este formato o en cualquiera de sus múltiples filiaciones, añadiendo incluso la coletilla “y el conocimiento” por aquello de darle un mayor peso ‘social’ al concepto, en el sentido que exponíamos en el bloque anterior. Y mientras que en el primer caso –como decíamos antes- la eficacia comunicativa es suficiente para justificar y comprender el uso ‘divulgativo’, en lo que se refiere a un uso académico o científico, esta denominación necesita también de alguna matización y aclaración.
· “Cibercultura(s)”
Se encuentra viciada, hasta cierto punto, de la misma noción de ‘cultura’, omnipresente en la literatura antropológica de los años ochenta y exportada –de modo a menudo acrítico- a las ciencias sociales en general y a la literatura periodística durante los últimos decenios. En este proceso, el concepto de ‘cultura’ ha pasado a convertirse en un término comodín para referirse a multitud de significados, parte de ellos inexactos, parte de ellos directamente erróneos e incluso peligrosamente inquietantes.
Puesta la palabra en boca de los actores sociales, va ligada, en cierto modo, a una noción de subcultura. Independientemente de la validez misma del concepto de ‘subcultura’, en multitud de páginas web se encontrará que por ‘cibercultura’ se entiende algo un tanto críptico y ‘freak’, relacionado especialmente con la literatura y la estética ‘cyberpunk’, y no así un concepto analítico y descriptivo válido para designar de modo amplio aquello a lo que nosotros llamamos ciberespacio.
· “CMC / CMO”
‘Comunicaciones Mediadas por Ordenador’ (CMO o, en su “original” anglosajón, CMC). Este concepto está siendo utilizado en gran parte de los trabajos académicos de más serio planteamiento y ambición.
En este concepto se ve una evolución del uso de la idea de ‘información’ a una de ‘comunicación’, que implica fijar la atención en algo social y humano. También destaca la elección del participio utilizado, ‘mediado’, que se refiere acertadamente al proceso no determinístico pero sí crucial que tienen las máquinas en el fenómeno social con el que lidiamos. La tercera partícula hace referencia a las máquinas concretas que llevan el ‘peso mediador’ en esta paráfrasis.
· Virtual / Virtualidad
La idea de ‘realidad virtual’ adquiere bastante preponderancia en el momento en que empiezan a aparecer una serie de aparatos que tienen la facultad de ‘transportar’ al usuario a un mundo sintético de modo envolvente, perdiendo total o parcialmente la noción de la ‘realidad real’.
II. Definiendo el CiberEspacio
‘Ciberespacio’ se compone de dos partículas con una carga semántica substancial. Observar por separado cada una de estas partículas nos va a llevar a lo que nosotros consideramos como las dos facetas definitorias del ciberespacio: su no-materialidad física y su condición de espacio practicado[10].
· No-materialidad física
La noción de ‘ciber’ [el ‘kibernetes’ griego] nos proporciona una idea de artificialidad, vehemencia, de algo híbrido, no-natural, de direccionalidad, de algo que ha sido creado, dirigido.
Así pues, en tanto que ‘ciber’, este espacio (social) del que nos ocupamos se caracteriza por existir en una dimensión que no tiene existencia material, física.
Ordenadores servidores
El ciberespacio no depende ni se basa en esas categorías físicas o geográficas, sino que debe ser imaginado a partir de sus propios espacios y estructuras de presencia.
· Espacio practicado
Michel de Certeau (1988) explica qué son los espacios practicados haciendo referencia a un tipo de espacio que tan sólo existe en tanto que socialmente poblado o socialmente significativo. En concreto, dice Certeau que un espacio (practicado):
Existe cuando se toman en consideración los vectores de dirección, las velocidades y las variables temporales. Así, el espacio se compone de intersecciones de elementos en movimiento (…). El espacio ocurre como el efecto producido por las operaciones que lo orientan, lo situan, lo temporalizan, y lo hacen funcionar (…). Desde este punto de vista, en relación a los sitios/lugares [places], el espacio es como la palabra cuando es pronunciada (…) Así, la calle definida geométricamente por los planificadores urbanos es convertida en espacio por los caminantes (1988: 117).
En definitiva, llamaríamos ciberespacio a ‘un tipo de espacio social creado de forma artificial, informáticamente, basado en flujos de información (cibernéticos) en formato digital, que es experimentada por los usuarios de forma híbrida o ciborg, es decir, a través de una mezcla de su cuerpo físico (orgánico) y de las diferentes máquinas y tecnologías que lo llevan allí. El ciberespacio, o, hablando con más propiedad, los ciberespacios a los que nos estamos refiriendo, son pues, los entornos/escenarios/espacios interactivos y multipersonales utilizados (habitados) y creados por los usuarios de las diversas tecnologías que permiten la interconexión entre ordenadores o similares’. A pesar de los riesgos que todo ejercicio de ‘definición’ conlleva, ésta es la que podríamos proponer como conclusión e invitación a la discusión con la que cerrar esta comunicación.
Comunidades Electivas. Notas sobre la virtualización de lo comunitario en tiempos de desterritorialización
Aquí se encuentra un resumen de este artículo, el texto completo, lo consultas en:
Por: Mayans i Planells, Joan, 2003, "Comunidades Electivas. Notas sobre la virtualización de lo comunitario en tiempos de desterritorialización". Ponencia presentada en el Congreso Bilbao IT4All (Bilbao, Febrero de 2003).. Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=32
El mundo, dicen, se globaliza, se digitaliza, se individualiza y se corporativiza. Afirmaciones aparentemente contradictorias que, sin embargo, hallan en su combinación ese resultado confuso e inestable que bien podría describir, efectivamente, este mundo nuestro. Al menos esta parte de mundo que más consideramos como nuestro, puesto que todo lo que se diga aquí, al menos en esta charla, resulta difícilmente aplicable más allá del mundo privilegiado, occidental y tecno-capitalista. De hecho, cualquier intención de extender las líneas principales de estas palabras a los países eufemísticamente llamados desfavorecidos sería un ejercicio de cinismo que quiero evitar.
La acelaración, sin embargo, es tan radical que existen razones para considerar que no se trata sólo de un cambio cuantitativo, sino también cualitativo. O como lo expresa Howard Rheingold: "cuando se puede transferir la Biblioteca del Congreso de un lugar a otro en menos de un minuto, la noción misma de lo que significa tener un lugar llamado Biblioteca del Congreso, cambia. En la medida en que se transforma en digital, ese lugar en Washington D.C. se virtualiza" (1994: 79). El lugar, podríamos añadir, se evapora.
Sea como sea, lo que parece claro es que las tecnologías de la información y, especialmente, estas a las que llamamos nuevas tecnologías de la información, son responsables de la creación de un espacio digital que no entiende de distancias físicas ni de territorios fijos y discernibles.
Las tecnologías de la información y, en especial, estas a las que llamamos nuevas generan un tipo de posibilidad de vínculo social, de interacción, que se desarrolla en una dimensión no-territorial, no-euclidiana, no-física.
En el ciberespacio, la idea de distancia física se vuelve supérflua o accesoria, transformándose, como mucho, en el tiempo de espera que la distancia física puede provocar. En el ciberespacio, podríamos afirmar, ya no hay distancias, sino retardo.
En nuestra actualidad política y económica, Internet y el ciberespacio han sido descritos como andamiaje o instrumento mediático de la globalización (Alves, 2001), pero no sólo en un sentido pro-globalizador sino también como arma anti-globalizadora de alcance, paradójicamente, global. Lo cierto es que, como han advertido muchos pensadores, el capital se ha evaporado/digitalizado y se ha vuelto global, lo mismo que la actividad económica que ha pasado a situarse en flujos de movimiento contínuo sin ubicación física alguna.
Por otro lado, también son muchos los pensadores que han destacado que frente a lo Global, lo único que resiste o que permanece es lo Local. Lo Local entendido tanto como lo físicamente próximo y casi inmediato como lo personal e individual. La oposición que establece Castells entre el self y la net, entre el 'yo' y la 'red', refleja perfectamente que los pesos de la balanza se alejan para equilibrarse. Quizá sea esta oposición complementaria entre lo Local y lo Global lo que mejor define el proceso de Globalización en que nos adentramos.
Ante esta situación, las entidades intermedias que quedan comprendidas entre lo Local y lo Global tienen motivos más que evidentes para observar el proceso con inquietud. En cierto modo, esto afecta por igual a provincias, regiones, naciones, estados o cualquier tipo de instancia se sitúe a mitad de camino entre lo físicamente inmediato y lo mundial.
elevada. Entender el impacto social y cultural del ciberespacio significa entender estas características y entenderlas como parte de un todo, que configura lo que es el ciberespacio en realidad, independientemente de los ordenadores, cables, conexiones y demás tecnologías que utilice para existir. Del mismo modo que la televisión actual no es el resultado directo ni el único resultado posible del conjunto de máquinas que hay detrás de ella, el ciberespacio no es, ni mucho menos, una consecuencia inevitable y unívoca de las tecnologías informáticas. En realidad, factores económicos, políticos, históricos y socio-culturales son los que definen el perfil de uso de una tecnología, más allá de lo que la tecnología misma posibilite.
El correo electrónico, los grupos de noticias de Usenet, las listas de distribución, las webs personales, los juegos de rol en línea y un larguísimo etcétera tienen éxito, primera y principalmente, porque sirven a fines sociabilizantes y de entretenimiento. Estamos, pues, ante unas tecnologías, sí, de la información, y de la comunicación, e incluso del conocimiento. Pero también del entretenimiento y del espectáculo. Y este es un aspecto clave que, a menudo, se tiende a olvidar desde esos análisis que se prentenden serios.
Creo, además, que es necesario diferenciar entre una tecnología del entretenimiento como la televisión y otra como Internet. La televisión ha sido y es objecto de múltiples críticas. La descripción de la sociedad del espectáculo de Debord (1995) es un clásico del pensamiento contemporáneo que radiografía acertadísimamente el contexto socio-cultural del que formamos parte. No obstante, Internet, como tecnología, y el ciberespacio, como espacio social, se caracterizan por una serie de rasgos que la distinguen de la televisión. Su potencial interactivo, el hecho de ser un canal de comunicación de muchos a muchos y su accesibilidad la alejan, de un modo significativo, de la tecnología televisiva.
Si es cierto que las comunidades que se sitúan a mitad de camino entre lo Local y lo Global tienen la obligación de repensarse y de reconsiderarse en estos tiempos de cambio, de desterritorialización y de digitalización, el ciberespacio no debe constituir sólo una amenaza para ellas, sino también una posibilidad de evolución y de recreación. Si es cierto que en la sociedad del espectáculo y del entretenimiento, las formas "modernas" de agregación social se han debilitado, el ciberespacio nos ofrece un nuevo modelo de agregación social que puede resultar útil a estas comunidades intermedias.
Las llamadas "comunidades virtuales" son, de hecho, una nueva forma de agregación social, de identidad colectiva, construída, fundamentalmente, a partir del hecho de compartir una determinada concepción y opinión de lo lúdico. Las 'comunidades virtuales' son, en la mayoría de las ocasiones, comunidades lúdicas que tienen más que ver con cómo queremos pasar nuestro tiempo libre que con una dimensión más ontológica y 'dura' de la identidad colectiva. Las 'comunidades virtuales', de hecho, son 'ligeras', flexibles, no-excluyentes, fraccionarias. Electivas, en definitiva. Así pues, y para terminar, la hipótesis que a lo largo de esta charla he querido dejar sobre la mesa es que las regiones, del mismo modo que cualquier otro tipo de comunidad basada en lo territorial, ante el fenómeno de desterritorialización de lo social que estamos viviendo, tienen, entre otras, la posibilidad de aprovechar y aprender del ciberespacio. Es decir, intentar recrear y realimentar esos vínculos sociales duros y territorializados en los que se basaba, a partir de unos nuevos vínculos, ciberespaciales estos, menos transcendentes, más banales, pero igualmente vinculantes y útiles para la construcción o la supervivencia de una identidad colectiva. En definitiva: parecerse o convertirse, un poco, en comunidades electivas.
Por: Mayans i Planells, Joan, 2003, "Comunidades Electivas. Notas sobre la virtualización de lo comunitario en tiempos de desterritorialización". Ponencia presentada en el Congreso Bilbao IT4All (Bilbao, Febrero de 2003).. Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=32
El mundo, dicen, se globaliza, se digitaliza, se individualiza y se corporativiza. Afirmaciones aparentemente contradictorias que, sin embargo, hallan en su combinación ese resultado confuso e inestable que bien podría describir, efectivamente, este mundo nuestro. Al menos esta parte de mundo que más consideramos como nuestro, puesto que todo lo que se diga aquí, al menos en esta charla, resulta difícilmente aplicable más allá del mundo privilegiado, occidental y tecno-capitalista. De hecho, cualquier intención de extender las líneas principales de estas palabras a los países eufemísticamente llamados desfavorecidos sería un ejercicio de cinismo que quiero evitar.
La acelaración, sin embargo, es tan radical que existen razones para considerar que no se trata sólo de un cambio cuantitativo, sino también cualitativo. O como lo expresa Howard Rheingold: "cuando se puede transferir la Biblioteca del Congreso de un lugar a otro en menos de un minuto, la noción misma de lo que significa tener un lugar llamado Biblioteca del Congreso, cambia. En la medida en que se transforma en digital, ese lugar en Washington D.C. se virtualiza" (1994: 79). El lugar, podríamos añadir, se evapora.
Sea como sea, lo que parece claro es que las tecnologías de la información y, especialmente, estas a las que llamamos nuevas tecnologías de la información, son responsables de la creación de un espacio digital que no entiende de distancias físicas ni de territorios fijos y discernibles.
Las tecnologías de la información y, en especial, estas a las que llamamos nuevas generan un tipo de posibilidad de vínculo social, de interacción, que se desarrolla en una dimensión no-territorial, no-euclidiana, no-física.
En el ciberespacio, la idea de distancia física se vuelve supérflua o accesoria, transformándose, como mucho, en el tiempo de espera que la distancia física puede provocar. En el ciberespacio, podríamos afirmar, ya no hay distancias, sino retardo.
En nuestra actualidad política y económica, Internet y el ciberespacio han sido descritos como andamiaje o instrumento mediático de la globalización (Alves, 2001), pero no sólo en un sentido pro-globalizador sino también como arma anti-globalizadora de alcance, paradójicamente, global. Lo cierto es que, como han advertido muchos pensadores, el capital se ha evaporado/digitalizado y se ha vuelto global, lo mismo que la actividad económica que ha pasado a situarse en flujos de movimiento contínuo sin ubicación física alguna.
Por otro lado, también son muchos los pensadores que han destacado que frente a lo Global, lo único que resiste o que permanece es lo Local. Lo Local entendido tanto como lo físicamente próximo y casi inmediato como lo personal e individual. La oposición que establece Castells entre el self y la net, entre el 'yo' y la 'red', refleja perfectamente que los pesos de la balanza se alejan para equilibrarse. Quizá sea esta oposición complementaria entre lo Local y lo Global lo que mejor define el proceso de Globalización en que nos adentramos.
Ante esta situación, las entidades intermedias que quedan comprendidas entre lo Local y lo Global tienen motivos más que evidentes para observar el proceso con inquietud. En cierto modo, esto afecta por igual a provincias, regiones, naciones, estados o cualquier tipo de instancia se sitúe a mitad de camino entre lo físicamente inmediato y lo mundial.
elevada. Entender el impacto social y cultural del ciberespacio significa entender estas características y entenderlas como parte de un todo, que configura lo que es el ciberespacio en realidad, independientemente de los ordenadores, cables, conexiones y demás tecnologías que utilice para existir. Del mismo modo que la televisión actual no es el resultado directo ni el único resultado posible del conjunto de máquinas que hay detrás de ella, el ciberespacio no es, ni mucho menos, una consecuencia inevitable y unívoca de las tecnologías informáticas. En realidad, factores económicos, políticos, históricos y socio-culturales son los que definen el perfil de uso de una tecnología, más allá de lo que la tecnología misma posibilite.
El correo electrónico, los grupos de noticias de Usenet, las listas de distribución, las webs personales, los juegos de rol en línea y un larguísimo etcétera tienen éxito, primera y principalmente, porque sirven a fines sociabilizantes y de entretenimiento. Estamos, pues, ante unas tecnologías, sí, de la información, y de la comunicación, e incluso del conocimiento. Pero también del entretenimiento y del espectáculo. Y este es un aspecto clave que, a menudo, se tiende a olvidar desde esos análisis que se prentenden serios.
Creo, además, que es necesario diferenciar entre una tecnología del entretenimiento como la televisión y otra como Internet. La televisión ha sido y es objecto de múltiples críticas. La descripción de la sociedad del espectáculo de Debord (1995) es un clásico del pensamiento contemporáneo que radiografía acertadísimamente el contexto socio-cultural del que formamos parte. No obstante, Internet, como tecnología, y el ciberespacio, como espacio social, se caracterizan por una serie de rasgos que la distinguen de la televisión. Su potencial interactivo, el hecho de ser un canal de comunicación de muchos a muchos y su accesibilidad la alejan, de un modo significativo, de la tecnología televisiva.
Si es cierto que las comunidades que se sitúan a mitad de camino entre lo Local y lo Global tienen la obligación de repensarse y de reconsiderarse en estos tiempos de cambio, de desterritorialización y de digitalización, el ciberespacio no debe constituir sólo una amenaza para ellas, sino también una posibilidad de evolución y de recreación. Si es cierto que en la sociedad del espectáculo y del entretenimiento, las formas "modernas" de agregación social se han debilitado, el ciberespacio nos ofrece un nuevo modelo de agregación social que puede resultar útil a estas comunidades intermedias.
Las llamadas "comunidades virtuales" son, de hecho, una nueva forma de agregación social, de identidad colectiva, construída, fundamentalmente, a partir del hecho de compartir una determinada concepción y opinión de lo lúdico. Las 'comunidades virtuales' son, en la mayoría de las ocasiones, comunidades lúdicas que tienen más que ver con cómo queremos pasar nuestro tiempo libre que con una dimensión más ontológica y 'dura' de la identidad colectiva. Las 'comunidades virtuales', de hecho, son 'ligeras', flexibles, no-excluyentes, fraccionarias. Electivas, en definitiva. Así pues, y para terminar, la hipótesis que a lo largo de esta charla he querido dejar sobre la mesa es que las regiones, del mismo modo que cualquier otro tipo de comunidad basada en lo territorial, ante el fenómeno de desterritorialización de lo social que estamos viviendo, tienen, entre otras, la posibilidad de aprovechar y aprender del ciberespacio. Es decir, intentar recrear y realimentar esos vínculos sociales duros y territorializados en los que se basaba, a partir de unos nuevos vínculos, ciberespaciales estos, menos transcendentes, más banales, pero igualmente vinculantes y útiles para la construcción o la supervivencia de una identidad colectiva. En definitiva: parecerse o convertirse, un poco, en comunidades electivas.
Redes Ciudadanas y Nuevas Centralidades en la Producción de Conocimiento
Por: Joan Mayans i Planells & Aida Sánchez de Serdio
Este es un breve resumen, el artículo completo lo encuentras en:
Mayans i Planells, Joan & Sánchez de Serdio, Aida, 2003, "Redes Ciudadanas y Nuevas Centralidades en la Producción de Conocimiento". Revista Electrónica NOVEDADES-ICTnet v.2.0, números 135 y 136 (Mayo 2003) [http://www.ictnet.es/novedades]. Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=33
Un tema recurrente a la hora de abordar el fenómeno de las redes ciudadanas es el de las diversas posibilidades de gestión y dirección de las mismas. Las dos posturas más frecuentes al respecto de esto son (a) redes ciudadanas que dependen de las instituciones o administraciones "formales" y (b) redes ciudadanas que dependen directamente y se inscriben dentro de los llamados movimientos sociales y vecinales de base.
Información y conocimiento en la sociedad contemporánea
Estamos acostumbrados a qué diversos discursos institucionales, políticos y mediáticos en general nos sitúen en una llamada Sociedad de la Información o del Conocimiento, de un modo lamentablemente acrítico. Con todo lo que se podría discutir, la pertinencia de ambos términos como periodización totalizadora de una realidad por demás diversa y llena de brechas no sólo digitales (la sociedad de la información, en caso de existir, no significa lo mismo para todos, no sirve igual a todo el mundo y, por supuesto, no es un beneficio universal), parece que podríamos convenir, de momento, que tanto la información como el conocimiento son bienes cada vez más preciados alrededor de los cuales se articulan organizaciones de todo tipo
En lo que respecta al conocimiento, tal vez deberíamos preguntarnos si realmente consiste sólo en dar uso a determinada información a la que hemos tenido acceso de algún modo, o si se trata del resultado de un proceso a la vez más vivencial y político de lo que se suele reconocer. Recuperar la dimensión ideológica del conocimiento es parte fundamental del razonamiento que nos permite relacionarlo no sólo con redes ciudadanas sino con cualquier otro colectivo o institución. Seguir obviando esta dimensión ideológica y posicionadora resulta atribuirle, inevitablemente, una determinada carga ideológica 'oculta' que nos situa dentro de un discurso más o menos positivista dentro del cual el conocimiento es algo semi-mágico que existe "ahí fuera" y que puede almacenarse limpiamente y sin implicación alguna de lo sociopolítico.
Nuevos nodos, nuevos polos alrededor de los cuales se pueden construir redes de creación/gestión/administración de conocimiento. El aprendizaje en el tiempo libre, la posibilidad de aprender entre iguales, la autolegitimación obtenida mediante la implicación directa con la realidad que se quiere conocer, todas son formas de cuestionar la hegemonía académica.
Las redes ciudadanas y el cuestionamiento de la división del trabajo intelectual
El conocimiento es la base de su propia existencia como colectivo y su intercambio su razón de ser: conocerse entre sí, conocer a otros, aprender y transformar la propia realidad. Efectivamente, las redes ciudadanas suelen definirse como una red telemática en la que el acento se pone por un lado en la comunicación, la cooperación, los intercambios, la organización de una comunidad local y, por otro, en el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a todos los ciudadanos y ciudadanas. Lo que se enfatiza es la posibilidad de facilitar a un colectivo, de límites nunca establecidos rígidamente, los medios para llevar a cabo sus proyectos e intercambiar a información y el conocimiento necesarios para ello.
Las tecnologías de la información, actúan directamente sobre, tres aspectos:
1.La revolución que protagonizan los ordenadores personales no es casual ni es la única forma en que podía materializarse la tecnología informática. La misma tecnología podría, perfectamente, haberse aplicado tan sólo a las fábricas, las élites o los ámbitos puramente laborales. No obstante, se trata de una máquina doméstica, de uso individual, relativamente asequible en cuanto a costo, que intenta presentarse como fácilmente utilizable por cualquiera.
Las interfaces gráficas, los mecanismos de uso y control guiados por criterios metafóricos, asociativos, superficiales, etc., convierten al ordenador personal en un electrodoméstico, lo que resulta muy importante para entender cómo actúan sobre (dentro) de la sociedad.
2.La información es el elemento central y el factor clave para comprender qué hacen y cómo lo hacen estos electrodomésticos-ordenadores. Juegos, aplicaciones, instrumentos de un tipo u otro… todo lo que hay en un ordenador se reduce a un factor común: información. Información personalizada, personalizable y personal.
3.Todo esto, puesto en clave de red, al convertirse en algo que puede ser compartido, experimenta un salto cuántico: estamos ante un tipo de tecnología interconectable e interconectada. Lo que esto significa es que todo lo que tienen de singular los ordenadores como herramientas personales de información estalla al ser puesto sobre el terreno, al convertirse en red. Toda la información que pueda resultar objeto de los procesos de clasificación, creación, recreación, administración y publicación a que nos referíamos antes, al integrarse dentro de un esquema reticular, construye algo sustancialmente nuevo.
Redes y redes: un final para la reflexión
Conviene no dar por sentado que el mero flujo de información es beneficioso en sí mismo, independientemente de la finalidad y la forma del intercambio. Esto es precisamente lo que discursos políticos y mediáticos habituales suelen hacer al anunciar y celebrar los fastos del advenimiento de la Nueva Sociedad del Conocimiento sin advertir -a veces sin siquiera pensar- quiénes son los protagonistas principales de esa Nueva Sociedad a la qué dan la bienvenida.
Creemos que contra esta retórica de la eficacia y de las sinergias mágicas debemos oponer una repolitización consciente de la producción intelectual y una revitalización de la acción ciudadana autónoma. Y para ello las redes son, también, nuestra herramienta más eficaz.
Este es un breve resumen, el artículo completo lo encuentras en:
Mayans i Planells, Joan & Sánchez de Serdio, Aida, 2003, "Redes Ciudadanas y Nuevas Centralidades en la Producción de Conocimiento". Revista Electrónica NOVEDADES-ICTnet v.2.0, números 135 y 136 (Mayo 2003) [http://www.ictnet.es/novedades]. Disponible en el ARCHIVO del Observatorio para la CiberSociedad en http://www.cibersociedad.net/archivo/articulo.php?art=33
Un tema recurrente a la hora de abordar el fenómeno de las redes ciudadanas es el de las diversas posibilidades de gestión y dirección de las mismas. Las dos posturas más frecuentes al respecto de esto son (a) redes ciudadanas que dependen de las instituciones o administraciones "formales" y (b) redes ciudadanas que dependen directamente y se inscriben dentro de los llamados movimientos sociales y vecinales de base.
Información y conocimiento en la sociedad contemporánea
Estamos acostumbrados a qué diversos discursos institucionales, políticos y mediáticos en general nos sitúen en una llamada Sociedad de la Información o del Conocimiento, de un modo lamentablemente acrítico. Con todo lo que se podría discutir, la pertinencia de ambos términos como periodización totalizadora de una realidad por demás diversa y llena de brechas no sólo digitales (la sociedad de la información, en caso de existir, no significa lo mismo para todos, no sirve igual a todo el mundo y, por supuesto, no es un beneficio universal), parece que podríamos convenir, de momento, que tanto la información como el conocimiento son bienes cada vez más preciados alrededor de los cuales se articulan organizaciones de todo tipo
En lo que respecta al conocimiento, tal vez deberíamos preguntarnos si realmente consiste sólo en dar uso a determinada información a la que hemos tenido acceso de algún modo, o si se trata del resultado de un proceso a la vez más vivencial y político de lo que se suele reconocer. Recuperar la dimensión ideológica del conocimiento es parte fundamental del razonamiento que nos permite relacionarlo no sólo con redes ciudadanas sino con cualquier otro colectivo o institución. Seguir obviando esta dimensión ideológica y posicionadora resulta atribuirle, inevitablemente, una determinada carga ideológica 'oculta' que nos situa dentro de un discurso más o menos positivista dentro del cual el conocimiento es algo semi-mágico que existe "ahí fuera" y que puede almacenarse limpiamente y sin implicación alguna de lo sociopolítico.
Nuevos nodos, nuevos polos alrededor de los cuales se pueden construir redes de creación/gestión/administración de conocimiento. El aprendizaje en el tiempo libre, la posibilidad de aprender entre iguales, la autolegitimación obtenida mediante la implicación directa con la realidad que se quiere conocer, todas son formas de cuestionar la hegemonía académica.
Las redes ciudadanas y el cuestionamiento de la división del trabajo intelectual
El conocimiento es la base de su propia existencia como colectivo y su intercambio su razón de ser: conocerse entre sí, conocer a otros, aprender y transformar la propia realidad. Efectivamente, las redes ciudadanas suelen definirse como una red telemática en la que el acento se pone por un lado en la comunicación, la cooperación, los intercambios, la organización de una comunidad local y, por otro, en el acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a todos los ciudadanos y ciudadanas. Lo que se enfatiza es la posibilidad de facilitar a un colectivo, de límites nunca establecidos rígidamente, los medios para llevar a cabo sus proyectos e intercambiar a información y el conocimiento necesarios para ello.
Las tecnologías de la información, actúan directamente sobre, tres aspectos:
1.La revolución que protagonizan los ordenadores personales no es casual ni es la única forma en que podía materializarse la tecnología informática. La misma tecnología podría, perfectamente, haberse aplicado tan sólo a las fábricas, las élites o los ámbitos puramente laborales. No obstante, se trata de una máquina doméstica, de uso individual, relativamente asequible en cuanto a costo, que intenta presentarse como fácilmente utilizable por cualquiera.
Las interfaces gráficas, los mecanismos de uso y control guiados por criterios metafóricos, asociativos, superficiales, etc., convierten al ordenador personal en un electrodoméstico, lo que resulta muy importante para entender cómo actúan sobre (dentro) de la sociedad.
2.La información es el elemento central y el factor clave para comprender qué hacen y cómo lo hacen estos electrodomésticos-ordenadores. Juegos, aplicaciones, instrumentos de un tipo u otro… todo lo que hay en un ordenador se reduce a un factor común: información. Información personalizada, personalizable y personal.
3.Todo esto, puesto en clave de red, al convertirse en algo que puede ser compartido, experimenta un salto cuántico: estamos ante un tipo de tecnología interconectable e interconectada. Lo que esto significa es que todo lo que tienen de singular los ordenadores como herramientas personales de información estalla al ser puesto sobre el terreno, al convertirse en red. Toda la información que pueda resultar objeto de los procesos de clasificación, creación, recreación, administración y publicación a que nos referíamos antes, al integrarse dentro de un esquema reticular, construye algo sustancialmente nuevo.
Redes y redes: un final para la reflexión
Conviene no dar por sentado que el mero flujo de información es beneficioso en sí mismo, independientemente de la finalidad y la forma del intercambio. Esto es precisamente lo que discursos políticos y mediáticos habituales suelen hacer al anunciar y celebrar los fastos del advenimiento de la Nueva Sociedad del Conocimiento sin advertir -a veces sin siquiera pensar- quiénes son los protagonistas principales de esa Nueva Sociedad a la qué dan la bienvenida.
Creemos que contra esta retórica de la eficacia y de las sinergias mágicas debemos oponer una repolitización consciente de la producción intelectual y una revitalización de la acción ciudadana autónoma. Y para ello las redes son, también, nuestra herramienta más eficaz.
COMUNIDADES VIRTUALES Y PORTALES DE OCIO Y ENTRETENIMIENTO Vanessa Sánchez Arce y Tomás Saorín Pérez
Aquí se encuentra un breve resumen, el artículo completo:
http://gti1.edu.um.es:8080/portales/PORTALES-cv-ocio.pdf.
¿En qué ocupar el tiempo de conexión? Igual que en el tiempo real, el cual gastamos en desplazarnos anuestro trabajo, leer, hacer el amor, pescar, jugar a las máquinas, ir de tiendas, ver la tele o leer el periódico enun bar, en la red el tiempo sigue siendo tiempo, y cuanto más pasemos en ella, mayor será el espacio ocupadopor el ocio. La necesidad de ocio variará en función de la cantidad de vida que usemos dentro de internet.
Esta misma cadena se puede seguir en el uso de Internet para ocio: una actividad individual y una actividad relacional.
Ralph Nader resume el potencialcomunicativo y social de internet "Me parece que los recursos de información más importantes en la Internetno son el almacenamiento en formatos digitales o en disco duro, sino residen en las mentes de los ciudadanosque intercambian correo electrónico. Cuando centenares, millares e incluso centenares de miles de personas se organizan a si mismas en foros para debatir importantes asuntos de políticas publicas, comparten ampliascantidades de información autorizada y especializada, creando sinergias que son mas poderosas y mas útilesque la mayoría de los sofisticados sistemas de bases de datos".
Un Portal se entiende como: “la página Web que agrega contenidos y funcionalidades, organizadosde tal manera que facilitan la navegación y proporcionan al usuario un punto de entrada en la Red con unamplio abanico de opciones”.
Por todos los lugares de internet proliferan la búsqueda de la comunidad.En una CV hay tres elementos básicos: la interactividad, el componente afectivo y el tiempo de interactividad,como condiciones para que exista una Comunidad Virtual, y para diferenciarlas de los portales.Una CV puede girar en torno a una afición compartida (Cine de acción, Cómic, Esoterismo), ser un medio decomunicación específico de entorno real (Ciudad, barrio, región) a un interés social (Pena de Muerte,Inmigración, el agua, terrorismo).
De esta manera el vínculo entre mundo
real (espectáculos en elmundo real y mercado) encuentran un espacio para su promoción. ¿Es esto una comunidad virtual? Sin dudano, es tan solo una oportunidad para la información sobre ocio y tiempo libre, siempre tan complicada dedifundir efectivamente al mismo tiempo en el ámbito local y global. (Viapolis, Lanetro).
http://gti1.edu.um.es:8080/portales/PORTALES-cv-ocio.pdf.
¿En qué ocupar el tiempo de conexión? Igual que en el tiempo real, el cual gastamos en desplazarnos anuestro trabajo, leer, hacer el amor, pescar, jugar a las máquinas, ir de tiendas, ver la tele o leer el periódico enun bar, en la red el tiempo sigue siendo tiempo, y cuanto más pasemos en ella, mayor será el espacio ocupadopor el ocio. La necesidad de ocio variará en función de la cantidad de vida que usemos dentro de internet.
Esta misma cadena se puede seguir en el uso de Internet para ocio: una actividad individual y una actividad relacional.
Ralph Nader resume el potencialcomunicativo y social de internet "Me parece que los recursos de información más importantes en la Internetno son el almacenamiento en formatos digitales o en disco duro, sino residen en las mentes de los ciudadanosque intercambian correo electrónico. Cuando centenares, millares e incluso centenares de miles de personas se organizan a si mismas en foros para debatir importantes asuntos de políticas publicas, comparten ampliascantidades de información autorizada y especializada, creando sinergias que son mas poderosas y mas útilesque la mayoría de los sofisticados sistemas de bases de datos".
Un Portal se entiende como: “la página Web que agrega contenidos y funcionalidades, organizadosde tal manera que facilitan la navegación y proporcionan al usuario un punto de entrada en la Red con unamplio abanico de opciones”.
Por todos los lugares de internet proliferan la búsqueda de la comunidad.En una CV hay tres elementos básicos: la interactividad, el componente afectivo y el tiempo de interactividad,como condiciones para que exista una Comunidad Virtual, y para diferenciarlas de los portales.Una CV puede girar en torno a una afición compartida (Cine de acción, Cómic, Esoterismo), ser un medio decomunicación específico de entorno real (Ciudad, barrio, región) a un interés social (Pena de Muerte,Inmigración, el agua, terrorismo).
De esta manera el vínculo entre mundo
real (espectáculos en elmundo real y mercado) encuentran un espacio para su promoción. ¿Es esto una comunidad virtual? Sin dudano, es tan solo una oportunidad para la información sobre ocio y tiempo libre, siempre tan complicada dedifundir efectivamente al mismo tiempo en el ámbito local y global. (Viapolis, Lanetro).
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